A partir de residuos de porcicultura, que producen un biogás rico en metano.
Gracias a un proyecto entre la Universidad CES de Medellín y PorkColombia, la biomasa residual de la industria porcícola que incluye heces, orina y agua, podrá usarse no solo en la fertilización de la industria agrícola, sino también en la producción de energía eléctrica útil para la misma granja productora.
Esta semana, las entidades inauguraron en Antioquia un biorreactor que trata la porcinaza, es decir, la biomasa residual de la industria de los cerdos, y la convierte en energía eléctrica para la finca en la que se llevó a cabo la construcción del mismo.
Para ejecutarse este proceso, se puso en marcha un reactor UASB (Upflow Anaerobic Sludge Blanket) ubicado en la granja porcícola PorciCES, un centro de investigación de la Universidad CES en el municipio de El Santuario, Oriente de Antioquia.
Este biorreactor tiene la capacidad de tratar aguas de diversos procesos productivos, produciendo el biol, que es un fertilizante que se utiliza en un sistema de riego agrícola para brindar los requerimientos nutricionales e hídricos para las plantas. De igual forma, de los derivados del proyecto, se obtienen los lodos que se compostan y se convierten en abono orgánico. Sin embargo, y no menos importante, en el proceso se produce un biogás rico en metano que después se utiliza como combustible para la generación de energía eléctrica en el predio.
Gregory Mejía Sandoval, líder del proyecto e investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES, aseguró que “aunque la tecnología UASB es de vieja data, al aplicarla en la industria porcícola resulta novedosa, ya que maximiza el proceso productivo al permitir que se opere bajo un modelo de economía circular con la generación de energía eléctrica y abonos orgánicos”.
¿Cómo funciona?
La porcinaza que se evacua de la granja se direcciona a un decantador para separar los sólidos sedimentables en gran proporción. Esta es conducida a los dos reactores anaerobios (sin oxígeno), los cuales cuentan con un sistema de agitación y de flujo ascendente, donde la porcinaza es transformada por proceso de digestión en la que actúan diversas poblaciones de microorganismos anaerobios.
La vicepresidenta ejecutiva de PorkColombia, Corina Zambrano, dijo que “desde PorkColombia venimos promoviendo la búsqueda de la sostenibilidad en la porcicultura colombiana, (…) ante una sociedad que valora a las empresas y sectores que planifican y ordenan su actividad productiva de manera tal que el impacto en el medio ambiente sea mínimo”.
El valor del proyecto fue de $183.549.260, financiados por PorkColombia y la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES.
Fuente: Economía – Portafolio