
XM, operador del mercado eléctrico, reiteró que los proyectos deben entrar a tiempo.
El sistema eléctrico se encuentra en una situación de estrés, según han advertido ya varias voces sectoriales. Factores como un menor colchón de seguridad de la capacidad de generación versus la demanda están generando que los precios en la bolsa suban, de acuerdo con los gremios, como Acolgen o Andeg, quienes han destacado por esto la necesidad de enviar señales de expansión en el mercado.
Esto se explica, en parte, por el retraso en obras importantes para el sistema eléctrico, como el atraso de Hidroituango (que este año espera poner 600 megavatios en operación), línea La Colectora (que entraría entre 2024 y 2025) y otras como la línea Norte, en Cundinamarca (que también entraría en 2024).
Estos proyectos podrían generar alivios en caso de un fenómeno de El Niño, así como abaratar el costo final del kilovatio que consumen los colombianos.
De hecho, el operador del mercado XM, ya ha levantado escenarios en los que se mezclen una baja hidrología con el no ingreso de los proyectos y sobre ello generar alternativas. “El riesgo que vemos es que si Ituango no entra nos veremos abocados a pagar más por la energía y ya estamos en un problema de precios”, señaló María Nohemí Arboleda, directora de XM.
Sin embargo, señaló que si bien esta central hidroeléctrica con capacidad de generar 2.400 megavatios, puede entrar con retraso, lo más probable es que empiece a funcionar y cuando esto pase el sistema va a tener la energía.
Con base en estos diferentes escenarios tanto climáticos como del sistema, el operador alerta al Centro Nacional de Operación y a la Upme. Con esta información se generen alarmas y señales para garantizar la seguridad y confiabilidad del suministro.
Precisamente Arboleda señaló que uno de los modelos que han corrido, muestran que habría racionamiento. “En dos años, si hay un Fenómeno del Niño, Hidroituango no entra, las renovables se siguen retrasando y la demanda crece por encima del escenario medio de la Upme, vamos a racionar. Desde ya lo decimos”, aseveró.
Estas alertas de la XM tienen como objetivo que los actores involucrados generen acciones preventivas en ese caso.
Por esto, la líder de la entidad señaló que uno de los focos debería ser la entrada de los proyectos en las fechas planteadas. La línea de transmisión Colectora, ubicada en La Guajira es uno de los retrasados. Una vez funcione, esta infraestructura conectaría cerca de 1,05 gigavatios de energía renovable que se produciría en esta zona, y que sería cerca de 10% de la generación del sistema.
Esta debía entrar inicialmente este año; sin embargo, no han culminado los trámites de consultas previas con las comunidades, obligatorios para radicar el Estudio de Impacto Ambiental y empezar la construcción.
Juan Ricardo Ortega, presidente de Grupo Energía de Bogotá, a cargo de su desarrollo, explicó que su reto es radicar el Estudio el próximo año y que la obra pueda estar en 2024.
En el caso de Hidroituango, inicialmente debía entrar en 2018, pero tras el incidente, se aplazó para noviembre de 2022. Si bien EPM había dicho que operarían entre el 15 y 20 del undécimo mes; sin embargo, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, ha afirmado que llegaron a un acuerdo con el Gobierno para que no se ejecuten garantías ni haya sanciones en caso de tener que aplazar más su puesta en marcha.
Estos escenarios son los que generan las alarmas que está analizando la XM. “Estamos viendo un atrapamiento que no permite que la energía llegue barata a donde se necesita”, apuntó Arboleda.
Para este año, el operador tenía la expectativa del ingreso de tres grandes proyectos: Tesorito, Hidroituango y el cierre de ciclo de Termocandelaria. Hasta el momento solo ha entrado la planta térmica de Celsia, Tesorito de 200 megavatios. La capacidad de generación conjunta entre los tres proyectos es de 2.950 MW, de los cuales, no han entrado 2.750.
Una de las responsabilidades del operador es que la energía sea segura, confiable y barata, “esa parte de lo económico está muy complicada”, resaltó Arboleda.
Fuente: Economía – Portafolio